Debemos identificar la causa de la ansiedad por separación. Estas causas entre otras pueden ser por apego, destete, cambio de hogar, no haberle habituado al sitio donde quedarse solo/a, etc.
A su vez, debemos modificar la relación con nuestro/a perro/a, actuando de la siguiente forma:
No prestarle atención hasta que esté tranquilo/a.
Ignorarlo/a si sigue con aullidos o ladridos. (En este caso, hacerlo por tiempos de 10, 20, 30 minutos, 1 hora, 2 horas… y así consecutivamente.)
Aumentar las sesiones de juego y ejercicio físico y mental, para que se quede más tranquilo y tenga menos energía para su miedo a estar solo y gestionar de manera destructiva o alarmante su ansiedad.
Trabajar la técnica de salida para que evitemos el estrés previo al acto de salir por previsibilidad.
Hacer pequeñas salidas, para observar como se comporta nuestro/a perro/a y premiarle su buen comportamiento al llegar.
Dejarle entretenido en nuestra ausencia (luces, juguetes, juegos interactivos con comida…)
Usar cámara de vigilancia, para ver sus progresos.
Paciencia y constancia
En caso de necesitarlos, acudir al veterinario a por tratamientos farmacológicos como feromonas en difusor o medicación recetada por un centro veterinario.
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